El compromiso de Barrick Gold con la República Dominicana

Algunos amigos han preguntado mi opinión sobre el contrato con Barrick Gold, sabiendo de mi experiencia por más de 30 años en el sector minero. Muchos dominicanos están muy confundidos al oír los comentarios de prensa radial y escrita sobre los impactos ambientales y económicos desfavorables para el país, de esa operación.
Para beneficio de todos los interesados en el asunto me permito proveer alguna información que pueda edificarlos mejor. El Estado Dominicano negoció en el 2002 el arrendamiento de su mina de oro de Pueblo Viejo a la minera Placer Dome, la cual fue comprada en el 2006 por Barrick. Esta última sería el operador de la planta de producción y junto a su socio Gold Corp lograría un financiamiento de US$2,585 millones para la construcción de la mina, a inaugurarse en 2011.
La mina de oro de Pueblo Viejo en Cotuí fue formada por la naturaleza con minerales de óxidos de oro en el tope del yacimiento y de sulfuros de oro en la zona inferior. Luego de procesar los óxidos de oro y dejar los sulfuros expuestos, la mina fue abandonada a su suerte en 1999 por Rosario Dominicana, permitiendo que esta drenara hasta la Presa de Hatillo aguas ácidas del río Margajita, producidas por la mezcla del agua de lluvia y el mineral de los sulfuros de oro que quedó al descubierto. Otro impacto ambiental negativo legado por Rosario es la acumulación de metales pesados como el hierro, cobre y mercurio, en el sitio de la vieja planta y en los lodos del lecho de los ríos Mejita y Margajita.
El nuevo proyecto de Barrick Gold resolverá con los ingresos generados por el oro, todos los problemas ambientales de la mina de Pueblo Viejo. Los impactos causados por la Rosario Dominicana se remediarán con 75 millones de dólares de un Fondo de Garantía provenientes de US$37.5 millones donados por Barrick y por las ganancias del Estado. Se construirá un canal que bordee todos los yacimientos ya explotados por Rosario y recoja las aguas ácidas para ser tratadas antes de encausarlas en el río Margajita. Adicionalmente toda esta área deberá ser rehabilitada y reforestada.
Los impactos causados por la nueva operación de Barrick se mitigarán con la inversión inicial de 375 millones de dólares para la construcción de 2 grandes presas de cola por valor de 333 millones de dólares para el manejo de los residuos del procesamiento. También se dedicarían 32 millones de dólares para control de las escorrentías de agua ácida antes de que estas lleguen a la presa de Hatillo, así como 8 millones de dólares para eliminar el cianuro que se deseche en el proceso.
También se construirán depósitos para apilar el yeso inerte producido por la neutralización con caliza del ácido sulfúrico generado en el proceso.
El nuevo procesamiento de los sulfuros de oro se hará moliendo 24 mil toneladas de mineral, para procesarlos en tolvas a presión llamados Autoclaves y convertirlos en óxidos de oro. Estos óxidos serán tratados en un proceso de cianuración para producir más de un millón de onzas de oro. Adicionalmente se recuperaran cantidades importantes de plata, cobre y zinc, los cuales se consideran en términos contables como un ingreso para acreditar al costo de producción del oro. De esta manera el costo reportado de la producción del oro será entre 275 y 300 dólares la onza.
Este procesamiento producirá desechos del proceso de cianuración, los cuales serán tratados en las nuevas presas de acuerdo al Código Internacional para Manejo de Cianuro emitido en el 2002 por la Comisión Ambiental del las Naciones Unidas. También generará ácido sulfúrico proveniente de la oxidación de los sulfuros, el cual será neutralizado con caliza para producir yeso inerte no contaminante.
El Estado Dominicano está muy interesado en que este proyecto se haga realidad para que el país coseche sus beneficios de desarrollo económico en empleos e impuestos.
En los 3 años de la construcción de la planta se generaran hasta 3,000 empleos y en la operación regular se emplearán hasta 900 dominicanos permanentemente.
Inicialmente el Estado solo recibirá un 3.2% de las ganancias a nivel de la fundición bruta del oro, luego recibirá un 25% de impuesto sobre la renta sobre las ganancias de la compañía Pueblo Viejo Dominicana Corporation (PVDC) y por último un 28 por ciento de las ganancias adicionales generadas luego de pagar el financiamiento de 2,550 millones de dólares.
Así el Estado recibirá de US$30 a US$50 millones al principio y luego de pagado el préstamo percibirá más de 200 millones de dólares al año por 25 años. A las comunidades de la provincia Sánchez Ramírez se les entregará el 5% de las ganancias de la mina, los cuales serán descontados de las ganancias que recibirá el Estado Dominicano
Términos similares a estos fueron aceptados por el Gobierno de Nueva Caledonia, una isla posesión de Francia cerca de Australia, para explotar una mina de ferroníquel con XstrataNickel (antigua Falconbrige), con una inversión de US$3,500 millones.
Barrick Gold es una de las mineras de oro más grandes del mundo y su compromiso con el pueblo dominicano debe manifestarse mostrando un liderazgo ambiental de clase mundial en la operación de la mina de Pueblo Viejo y en realizar una operación ética y económicamente transparente de esta mina. Hasta el momento Barrick Gold no ha realizado ni comunicado suficientemente ese compromiso y debe expresarlo al país desde el más alto nivel de la Corporación Barrick en Canadá, para que junto a la Gerencia local, el mismo sea implementado cuanto antes.
Este liderazgo debe mostrar un compromiso ambiental más allá de lo que dicen sus acuerdos con el Estado Dominicano, tal como el control provisional del drenaje ácido del río Margajita hasta tanto se construya la solución definitiva, y asegurando al país de que nuestros ríos y valles no serán contaminados por esa operación.
Así la mayoría de la nación percibirá que han hecho un buen negocio con esta empresa, de la cual esperan sea responsable del medio ambiente y éticamente comprometida con los mejores intereses del país en los próximos 30 años.